martes, 26 de junio de 2012

Jardin El Hornero, ave nacional de la Argentina

Jardin




El hornero (sp. Furnarius Rufus) es el Ave Nacional de la República Argentina. Podemos verla en las plazas y parques de nuestra ciudad, pero sobre todo en la vasta llanura pampeana.


En junio de 1928, por iniciativa del diario La Razón, el hornero fue elegido 'Ave Nacional'. En esa ocasión tuvo que competir con el cóndor andino, pero finalmente se impuso por mayoría, en una votación donde intervinieron alumnos y maestros de escuelas. El empeño que pone el hornero en la elaboración de su maravilloso nido ejemplifica la profunda virtud de trabajar con alegría y humildad. Para su construcción, el ave trabaja continuamente, desde la mañana al crepúsculo, y utiliza barro, raíces, pajitas, estiércol o crin de caballo, teniendo su pico como única herramienta. Con tiempo favorable y disponibilidad de barro (4 ó 6 kg) termina su nido en 6 u 8 días; en condiciones menos favorables tardará 15. De vez en cuando, el hornero hace un alto en su faena, y su pareja se posa a su lado; entonces cantan y aletean como festejando.El nido, una vez seco, adquiere gran resistencia. El interior está dividido por medio de un tabique en dos zonas: una mayor, donde se instalará la cámara de cría, y una anterior, más pequeña, que es la continuación de la entrada. Suele andar con su pareja, caminando con paso elegante en busca de los insectos que constituyen su alimento. Es un ave sedentaria. Los horneros tienen dos pichones por nidada. Los huevos, de forma ovoidal, son blancos y miden 21 x 28 mm. Una vez deshabitado, el viejo nido es ocupado por otras aves, entre las que se encuentran gorriones, golondrinas y ratonas.

La leyenda del hornero:
Una de las leyendas de este pájaro dice que 'el hornero era un bravo cazador, que vivía en apartado lugar, sólo con su padre. Amaba el joven a una muchacha cantora que conociera en una de sus excursiones, pero llegado a la edad juvenil tuvo que someterse a la triple prueba de virilidad que era obligatoria en su tribu. El triunfador obtendría la hija del cacique como prenda.Para ello debía vencer en dos carreras, una a pie y otra nadando y luego someterse a la prueba del ayuno. Esta consistía en estar encerrado, inmóvil entre cueros y sin tomar más que líquido durante nueve días.
Cuenta la tradición que el bravo cazador triunfó en todas las pruebas, pero se demoraron en ir a sacarlo del saco de cuero. Cuando lo hicieron comprobaron que se achicaba hasta convertirse en un pequeño pájaro de plumas apagadas. Y desde su lugar de encierro voló hasta la cima de un lapacho, donde lanzó su primer y melodioso canto, renunciando de este modo a la hija del cacique.
Pero, con el tiempo, aquella muchacha también se convirtió en ave y voló a hacerle compañía'
De la Peña, Martín Rodolfo. Relatos de un viajero. Santa Fe. Colmegna, 1983

PÁJARO GAUCHO
Engarzado en la horqueta de una rama,
que en la línea horizontal se balancea,
el nido de un hornero jinetea
seguro del poder de su amalgama.
Sobre él, en actitud del que declama
un himno de victoria en la pelea,
ríe su constructor, grita, aletea,
toreando al ventarrón que silba y brama.

Fue ese nido, quizá, tosco modelo
de los ranchos que alzaron los paisanos
sobre las verdes lomas de este suelo.

Ese gran arquitecto que no yerra
es el pico más hábil de los llanos,
¡el pájaro más gaucho de mi tierra!

Atilio Supparo (1871-1943)
Uruguayo

Para ampliar información: http://www.avespampa.com.ar/

martes, 19 de junio de 2012

Patio Plantas para el frio ; Bergenia

Patio Pese a que la naturaleza parece descansar en época de invierno, hay plantas que se empeñan a florecer y desafiar el frío; tal es el caso de la Bergenia Crassifolia. Perteneciente a la familia Saxifragáceas, se trata de un ejemplar procedente de regiones siberianas. Lo más llamativo de esta especie es su floración invernal, por lo que se le atribuye el nombre de 'hortensia de invierno'. Su nombre también se debe a que en este tiempo no pierde sus tallos ni sus hojas. Es de larga duración y requiere muy bajo mantenimiento en jardín. Puede ser ideal para situarla en sombra o semisombra incluso también puede utilizarse para decorar interiores, capaz de crear un ambiente de tranquilidad y armonía para tu hogar. La composición de sus flores brillantes de color rosado, en forma de campanita, y sus anchas hojas verdes, grandes y lustrosas, ofrecen un contraste delicioso con un ligero toque aromático. En el exterior, esta peculiar planta de frío puede alcanzar hasta los 45 cm. de altura Un buen lugar para situarla Para un desarrollo equilibrado se aconseja cultivarla en el exterior. Lo más frecuente es ubicarla en el jardín en todas las estaciones del año, ya que no temen a bajas temperaturas. La fortaleza que la caracteriza permite soportar hasta los -7 ºC, pero puede perder su follaje a los -3 ºC. Sus anchas hojas de color verde brillante suelen enrojecer en época de otoño, pero con la llegada de la primavera comienzan a producir tallos y hojas. Es muy rústica y se adapta bien a diversos terrenos y exposiciones. Un cultivo 'todoterreno' Para que arraigue bien requiere suelos sueltos, ricos en nutrientes y fértiles, aunque se adapta a cualquier tipo de terreno, siempre y cuando, cuente con la humedad y el drenaje adecuado. La plantación será en semisombra, preferentemente, aunque también se puede cultivar en lugares con sol directo (en este caso, necesitaría más humedad). Si piensas plantar en el exterior, procura que sea siempre en un terreno húmedo, con una temperatura de cultivo entre 12 ºC y 15 ºC. Esta audaz perenne se puede tener en pequeñas macetas, incluso en el baño, ya que es completamente resistente a la humedad, el calor y temperaturas ligeramente elevadas; sólo ponle un buen abono y riégala cada semana (una o dos veces a lo sumo). Otro lugar adecuado para ellas es la cocina o cerca de una ventana. Durante los meses de frío, evita mojar excesivamente el sustrato y regar cuando las temperaturas sean muy bajas. Las plantas perennes tienen un período de descanso vegetativo de algunos meses, por lo que durante estos meses no es necesario regarlas tan a menudo. Es aconsejable ubicarla en un sitio lo más fresco posible y muy bien ventilado, ya que no resiste las altas temperaturas que puede llegar a producir la calefacción. A medida que se acerque la época de primavera y los termómetros suban, será necesario aumentar la humedad para conseguir que los ejemplares prosperen y florezcan. Por otra parte, si has optado por el exterior, sus hojas anchas y gruesas lucirán más atractivas en las cercanías de estanques, en bordes y esquinas de los macizos florales. Un mejor cuidado para sorprender La floración se da a finales de invierno y principios de primavera y, para que te sorpendas con flores más grandes, se recomienda retirar las hojas que se ubican justo debajo de la flor, en cuanto ésta empiece a abrirse. Para un mejor cuidado, se aconseja cortarle los tallos florales marchitos y posteriormente podar todos los que hayan florecido desde la parte más baja. Fácil reproducción Se desarrolla a partir de rizomas, y se pueden dividir en otoño para aligerar las matas demasiado grandes y espesas. La época de siembra es de octubre a noviembre o primavera. Puede darse su reproducción por esquejes o semillas.

Yuyos GLICINIA, ¿ACODO IMPOSIBLE?

Yuyos
El mes de abril le utilizo normalmente para realizar acodos de arboles donde veo posibilidades. Esta vez es una glicinia a la que la tengo tomada la medida. Pero esta vez voy a intentarlo con una rama de un grosor espectacular para lo que suelo hacer. Acodo ya realizado sobre la rama que nos interesa. 15 de abril de 2007.




Una vez hecho el acodo de la manera tradicional, a las 6 semanas ya se aprecian raices que afloran en gran cantidad


Como la rama tiene un grosor considerable tenemos que tirar de sierra y además de las contundentes ……



Una vez separado del arbol el corte nos queda de esta manera. La moneda de dos euros mide 2,5 cm de diametro, para que os hagais una idea. Tenemos un acodo de 3,5 cm., de diámetro y unos 11 cm., de circunferencia. Verdaderamente un acodo "atrevido".



El acodo tiene esta forma un tanto rara debido a que quise buscar una rama que luego me permitiera hacer un forma de prebonsai peculiar.



Ya despojado de toda rama y hojas y listo para transplantar a maceta de entrenamiento


Quitamos con mucho cuidado los dos plásticos que recubren en acodo y apreciamos las raices, bastante abundantes, que tiene. Quizá el color blanco nos dice que no están muy maduras, deberían estar un poco más oscuras, además la rama es muy gruesa …….. ¿podrán las incipientes raices con toda la rama acodada? ……

Preparamos la maceta de entrenamiento (más ancha que alta), con los orificios de drenaje cubiertos y los alambres que sujetarán el acodo preparados para cuando pongamos la planta en la maceta.


No nos olvidamos de cerrar el gran corte (3,5 cm.) con pasta selladora para evitar infecciones y que la herida cicatrice perfectamente.


Además a la hora de plantar ponemos un poco de polvo de hormonas enraizantes que también ayuda.


Una vez transplantado y a la espera de que en lo que queda de verano saque algunas ramas para hacer ver que las raices estaban maduras y han dado viva a la rama acodada.


Vista del otro angulo.




La idea sería que se desarrollase en un futuro como en la recreación que se ve. Veremos si somos capaces ….. Quería cambiar el ángulo de plantado y dejando que desarrolle desde el extremo para que quedase algo así ……con hoja y rama en verano.



Así en invierno solo con ramaje.



Y así en primavera cuando la glicinia desarrolle sus espectaculares flores colgantes …..

Ahora (15 de agosto-4 meses después-) está de esta manera. Cuando este otoño se alambren esas ramas y se dirijan las que salgan después podemos tener un curioso prebonsai de glicinia, que espero esta primavera que viene de unas bonitas flores.

domingo, 17 de junio de 2012

Jardin Clasificación del Bonsái según su estilo (IV) Han Kengai

Jardin
Semi cascada (Han Kengai):Según el criterio de la inclinación del tronco, un árbol clasificado como semi cascada tendría una inclinación, siguiendo la línea del tronco, que podría oscilar entre un máximo de unos 45 grados por encima de la horizontal y unos pocos grados por debajo de la misma. En cualquier caso dado que un bonsai en estilo semi cascada nunca cae por debajo de la maceta, éste suele ser el criterio más comúnmente aplicado por delante de consideraciones sobre la inclinación. Son árboles fácilmente localizables en la naturaleza, cerca de alguna pendiente escarpada, sobre la orilla de lagos o ríos en cuya superficie se refleja buena cantidad de luz, y por tanto la planta adquiere esta tendencia de crecimiento, etc.Para este diseño, quizá más que para cualquier otro, la dificultad radica en conseguir una planta que sea capaz de trasmitir sensación de estabilidad puesto que el tronco, al prolongarse de forma casi horizontal, requiere de una importante base de raíces que funcione como anclaje. Manteniendo este punto en mente, la distribución más adecuada de las raíces no deja de ser similar a la comentada para el estilo inclinado.Otro punto delicado podemos encontrarlo en la distribución de ramas; generalmente uno podría pensar en aplicar una distribución similar a aquella aplicada en los estilos verticales, pero teniendo en cuenta que lo que sería el frente en un vertical, pasaría a ser la cara inferior del tronco al ser inclinado hasta casi la horizontalidad. Se trata de una posibilidad, ciertamente, pero para evitar resultados faltos de equilibrio hay que tener en cuenta que básicamente estamos tratando con un tronco muy cercano a la horizontal, y que por tanto al formar los típicos pisos en el follaje uno puede encontrarse con un resultado completamente plano. Una forma de solventar este problema es asegurar la presencia de curvas en todos los planos.Descuidar la inclusión de ramas traseras es igualmente un error bastante común en este diseño y que resulta en una importante pérdida de profundidad.Finalmente nos encontramos aun con un último problema, quizá más importante que los anteriores y en ocasiones de más difícil solución. Se trata de la dificultad para formar un ápice adecuado y dónde colocarlo. Tres son los puntos principales donde suele colocarse el ápice: En un punto situado alrededor de los dos tercios de la longitud del tronco, en un punto situado a un tercio de ésta, o formar el ápice a modo de contrapeso aproximadamente sobre la curva inicial que provoca la inclinación del tronco.

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Novedades Bonsái: Abeto oriental

Novedades

  • Nombre científico: Tsuga canadensis

  • Nombre común : Abeto oriental, Tuya del Canadá

  • Familia: Pinaceae (Pináceas).

  • Origen: Norteamérica, Canadá.

  • El Abeto oriental o Tuya del Canadá es muy adecuada para su uso como minibonsái. Tiene numeros cultivares.

  • Cuidados: Crecimiento muy lento.
    Luz: Debe protegerse en verano de los rayos solares directos.
    Temperaturas: Proteger en invierno de las posibles heladas fuertes.
    Humedad: Vaporizar la copa de vez en cuando durante la época de más calor.
    Riego: Evitar que el substrato se seque del todo.
    Abonado: Una vez al mes en primavera y en otoño.
    Suministrar 2-3 veces al año productos a base de hierro, por ejemplo, quelatos de hierro.

  • Poda: Reducir las raíces en intervenciones sucesivas, que coincidan con los trasplantes, y al mismo tiempo que se eliminan las ramificaciones innecesarias.
    Los tallos han de cubrirse con un mástic de calidad y hay que evitar la eliminación de grandes trozos de corteza.
    Pinzar (cortar las puntas) los brotes más vigorosos con los dedos, eliminando 3/4 durante la época de desarrollo.
    El posicionamiento del tronco y las ramificaciones se hace mediante sujeciones de otoño a primavera.

  • Trasplante: Cada 3-5 años a principios de primavera, en un substrato a base de 50% de mantillo, 20% de turba y 30% de arena de grano grueso o material equivalente.

  • Multiplicación:Se propaga por semilla sin dificultad. Para asegurar una buena germinación, es aconsejable estratificar las semillas durante 2 a 4 meses aproximadamente a 4ºC.
    Las estacas de Tsuga son algo difíciles de enraizar, mejoran con hormonas.

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miércoles, 13 de junio de 2012

martes, 12 de junio de 2012

Especial ENGORDE EN SUELO

Especial
A finales de invierno aprovecho para plantar en suelo aquellos arboles que veo que tienen que dar un estirón o que vienen de acodo o esqueje. También se sacan los que se van a pasar a maceta o los que deben continuar en tierra después de arreglarles raices y ramas. Algunos ejemplos:

Esta glicinia sacada de acodo veo que necesita más vigor y ramificación. La sacamos tal cual de la maceta.


Y sin tocar el cepellón (tenía raíces muy frágiles), al suelo. Que engorde al menos un par de años con bien de sol y fertilizante.



Esta higuera estaba en una maceta muy abandonada y como tenía sitio en el suelo pues allá va. Se ve perfectamente la parte del acodo que la unía al arbol.


Se le quita el tocón, para que el cepellón quede desarrollado en anchura, un poco de pasta selladora ……



……. unas hormonas de enraizamiento para ayudar y otros dos añitos al suelo.



Esta es una higuera enraizada en roca con la que llevo peleandome varios años. La he sacado de la tierra para acortar raíces, ver cómo estas van envolviendo la roca y con la misma volver a meterla en suelo.



Roble plantado en suelo con una plancha que hace tope para que las raíces no profundicen.



Lo sacamos, quitamos la tierra …….


…… y otra vez al suelo.



Acodo de arce sacado este verano. http://alfredobc.blogspot.com/2007_09_01_archive.html




Y el mes pasado lo transplanto tal cual al suelo. Allí estará varios años. La verdad es que el poder plantar en suelo facilita la consecución de prebonsai en menos años que si lo hiciéramos en macetas.

Flor Abono para el Bonsái

Flor Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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